Espontaneidad vs. time blocking

Siempre he creído en la idea romántica de la espontaneidad, encuentro más verdad en la improvisación, en lo que no se reflexiona demasiado; por eso trato de desarrollar las ideas rápido, para que no pierdan chispa en el camino. Pero las cosas no se hacen solas y ha menudo veo mi cuaderno como una mochila cargada de ideas que pasan a convertirse en tareas pendientes.

En mi trabajo soy muy organizado. Planificar, ordenar los pendientes, marcar fechas y distribuir recursos se me da muy bien y me protege del estrés. Sin embargo, cuando desconecto del trabajo no me apetece nada seguir la misma metodología para mis cosas personales. Es mi rincón arcaico y descuidado, un desorden del que salen muchas ideas… que no estoy realizando.

¡Pum! Espontaneidad vs. time blocking.

He equilibrado la balanza de esta manera. Ya tengo una rutina instalada aquí en Chicago y tengo hueco en el horario los martes por la mañana. Este es mi día de construir. El resto de la semana me he propuesto capturar mucho material con el móvil y garabatear.

Antes de publicar vídeos de Chicago me puse con tomas de hace unas semanas. Mi vieja videocámara me está divirtiendo mucho; grabo sin parar y sin pensar. Luego, claro, le dedico un mucho rato a la edición. Creo que es la manera de hacer que los vídeos tengan frescura y ese punto rídiculo de quien no sabe actuar frente a una cámara:

Es un formato de vídeo que me está gustando, pero como dije en el post de Munari, me atrae la idea de buscar continuamente nuevos formatos. Pensaba escribir un relato corto hoy, pero lo he puesto en vídeo para subirlo a Instagram creando un canal IGTV. No sé bien como funciona la plataforma, así que lo subo y te cuento.

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